“¿Que es lo que el adulto le puede enseñar en el campo artístico a un niño?”
Se preguntaba Pablo Picasso.
“A ser niños en su mayor dimensión.”

Enseñar fotografía en la infancia, es enseñar a mirar, darse cuenta del color del cielo y de los edificios, la alegría de las calles, los zapatos raros, los reflejos o de que podemos ver el mundo del revés. Todo está bien, como dice “la Volátil” de Agustina Guerrero. Todo vale, se trata de abrir los ojos y descubrir el mundo que me rodea, disfrutar mirándolo a través de un visor para poder, después, mostrarlo a los demás y compartir la felicidad de mirar.

Planteamos la enseñanza de la fotografía como oportunidad en la infancia, independientemente de la edad que se tenga. La fotografía permite conocer y compartir, aprender y descubrir el mundo. Cada participante reconoce qué le gusta fotografiar, busca al otro con su cámara, y descubre que fotografiarse es fuente de autodescubrimiento, pero sobretodo aprende a expresarse a través de la imagen.

La expresión artística en la infancia apoya e impulsa el proceso de maduración y crecimiento. Para ello, la forma de expresarse debe ser lúdica y libre. Aunque refiriéndose a la pintura, Arno Stern, señalaba que “El niño aspira a devenir un adulto y evoluciona en tal sentido. Pero la infancia constituye una parte importante de la vida humana. No es un estado provisorio. Lo que el niño siente, experimenta y expresa es importante y un valor definitivo.”

A través de la fotografía, niños y adultos podemos expresar nuestro mundo interno, reconocer nuestra capacidad para imaginar y crear, utilizar la imagen, no verbal, para transmitir y mostrar. De una forma colaborativa, y respetuosa, en un ambiente seguro y acompañado, al reconocer y crear imágenes propia el niño/a puede sentirse capaz y valiente.

El pasado 9 de diciembrede 2016 pusimos en marcha el Taller Fotografía creativa para los que empiezan. El taller se enmarcaba entre las actividades que proponía la plataforma Ruzafa Loves Kids en el barrio de Ruzafa en Valencia, y tuvimos el privilegio de desarrollarlo en uno de los espacios más bonitos del barrio, La Boulangeríe.

Nosotros como adultos acompañamos al grupo de valientes que nos ofrecieron sus miradas y sus mundos, asistimos a lo que necesitaban, a sus preguntas y carreras, pero sobretodo nos sorprendimos por su capacidad para ver y crear. Artistas del futuro que fotografían un bello mundo.