De nuevo el servicio de Juventud del Ayuntamiento de Càrcer, una pequeña población a unos 50 km al sur de Valencia, dió la oportunidad a un grupo de jóvenes para disfrutar de una mañana de fotografía.
El taller se iniciaba con una pregunta:
¿Puede la fotografía cambiar el mundo?
Por eso, durante la mañana del sábado les mostramos que sí, con los trabajos de Susan Meiselas, Ana Palacios, Lewis Hine… proyectos fotográficos auténticos que iban a servir de inspiración para los propios proyectos personales realizados desde el trabajo colaborativo y crítico. Conocieron y pudieron tocar y ver el funcionamiento de las cámaras más antiguas de Carlos Poveda y les acompañamos a recorrer la población buscando aquello que emociona y sirve para crear y mejorar el entorno en que vivimos.
El aprendizaje no acaba aquí, se encuentra ampliando la cultura visual y despertando la mirada crítica, en exposiciones, libros, textos, pinturas pero también viviendo la vida con los ojos bien abiertos. Esta fue la experiencia:
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Gracias Rosa Serrano por tu cariño y confianza.
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Sigue aprendiendo.