¿Pueden las imágenes cambiar el mundo en el que vivimos?
Gran pregunta que puede obsesionar a aquellas personas que realizan fotografía documental, a los que encuentran espacios, lugares y comunidades del mundo que necesitan ayuda o apoyo mundial, los que cuentan que aquello que está sucendiendo no puede ocurrir en una sociedad ética y civilizada. Encontramos innumerables trabajos en este sentido, porque innumerables son las desdichas humanas.
Lewis Hine, trabajadora infantil recién llegada. 1908
Si pudiera contarlo con palabras, no me sería necesario cargar con una cámara.
Lewis Hine
Una de las características fundamentales de la fotografía desde su origen es ser testigo y prueba de la realidad. Capta la belleza de lo que vemos, expresa aquello que sentimos, pero también es herramienta para la denuncia o visibilización.
Fotografías que, sin pretender ser estéticas, son testigos de realidades que, al existir y ser visibles, suponen un impacto emocional y, por tanto, social. No existe cambio sin emoción.
Giséle Freund. Simone de Beauvoir, el día del Premio Goncourt, junto a una ventana escribiendo. Paris. 1954
La importancia de la fotografía no sólo reside en el hecho de que es una creación sino, sobre todo, en el hecho de que es uno de los medios más eficaces de moldear nuestras ideas e influir en nuestro comportamiento.
Gisèle Freund
Para interpretar una imagen es necesario conocer la cultura que la sustenta y el momento histórico al que pertenece, todo remojado con las creencias personales. Una imagen no significa lo mismo para cada ser humano, en momentos históricos o culturas distintas; nunca es la realidad misma aunque se relacione con ella. Lo podemos ver en el desarrollo de la palabra: «imagen» proviene del griego eikon, que quiere decir representación visual que posee cierta similitud con el objeto al que representa. Más tarde, la raíz latina imago, se definía como figura, sombra o imitación.
Ambas palabras, eikon e imago, aluden a la idea de representación e imitación.
Toda imagen es polisémica, implica una cadena flotante de significados.
Roland Barthes
Las personas nos movemos en un entorno cada vez más visual, civilización de las imágenes lo llaman. Hoy no solo contruye imágenes la persona que se dedica a la fotografía documental, todos hacemos fotos. La prueba más reciente es el tremendo auge de redes sociales como Instagram donde la palabra pasa a un segundo plano o desaparece.
Pensamos, consumimos y producimos imágenes de forma compulsiva y automática. Hacer una foto es más fácil que crear una frase. La imágenes son consumidas y compartidas sin demora, la mayoría de las veces su conservación depende de las prisas, o de la capacidad de almacenamiento del teléfono móvil. Cada movimiento que hacemos, cada viaje, guiño o actividades se convierten en imagen fugaz como pronunciar una palabra. Estamos en la era de la Postfotografía según define Fontcuberta. Documentamos nuestra propia vida.
La vista llega antes que las palabras. El niño mira y ve antes de hablar.
John Berger
La fotografía es ahora, más que nunca a lo largo de su historia, testimonio de momentos sociales, políticos, culturales y personales. Es muy difícil saber cuántas imágenes podemos ver (y crear) en un solo día: online, redes sociales, en televisión, vallas publicitarias, revistas…
Sabeos que crear una imagen, y estar frente a ella, posee un enorme potencial pedagógico, por ello la alfabetización visual supone educar en dos líneas de trabajo:
1. Educar en el lenguaje y cultura visual como capacitación para desarrollar una lectura crítica y reflexiva sobre aquello que miramos, sin olvidarse de la polisemia de la imagen.
2. Educar en expresión fotográfica como herramienta para conocer el entorno y a uno mismo, como estrategia para contar el mundo desde la propia autenticidad y verdad. Por que cuando creamos una imagen con nuestro móvil y la compartimos, no solamente estamos representando aquello que vemos, si no que construimos una imagen con todo lo que somos.
Si somos responsables de las imágenes que producimos y de cómo las interpretamos ¿Qué puede hacer la fotografía por la sociedad que habitamos?
Piensa esta pregunta ¿qué puede hacer la fotografía por ti?
La fotografía expresa dónde la palabra no llega, muestra la realidad desde la propia perspectiva, enriquece el autoconcepto. La fotografía es hoy diario de bitácora de la vida de cada persona, construye la imagen del mundo personal, pero también de lo humano en general, ya que su carácter documental, aunque muestra el mundo de una persona en particular, describe eventos, tradiciones y lugares, convirtiéndose así en memoria visual colectiva.
Los usos individuales y colectivos, directos e indirectos de la imagen, deberían ser objeto de estudio. Un ejemplo extraordinario es el trabajo «La imagen transformadora. El poder de cambio social de una fotografía: la muerte de Aylan».
Gabriele Galimberti. Bethsaida, 4. Port-au-Prince, Haiti. 2013
En este sentido, la persona que hace fotografías tiene una gran responsabilidad social ya que su capacidad para representar lo que sucede le otorga el poder de elegir qué deja dentro y fuera del encuadre, decide qué fotografía y de qué forma.
Podemos construir imágenes que generen una realidad inexistente o distorsionada de los hechos, mostrar aquello que interese social o políticamente, construir realidades mediante la manipulación digital o cambiar el contexto en el que fueron obtenidas. Por ello, como espectadores, debemos mirar atenta y críticamente.
Nick Ut. El terror de la guerra. 1973
Una imagen puede denunciar los horrores del mundo, incluso detener guerras, como en el caso del fotógrafo vietnamita Nick Ut, que captó la imagen de niños y niñas huyendo de un bombardeo por parte del ejército estadounidense en Vietnam. La imagen movilizó a la opinión pública.
Teniendo en cuenta el poder mediático de las redes sociales, cualquier persona puede decidir qué publica y qué no. La difusión de las imágenes ya no solo es monopolio de algunos medios. Las imágenes que hace unos años eran totalmente privadas y formaban parte del álbum familiar pasan al ámbito público. La cámara de fotos y el teléfono móvil son el instrumento para construir imágenes, muchas veces, automáticas y compulsivas.
Poses. Yolanda Domiguez.
La fotografía pasa a ser recurso para conocerse y darse a conocer, pero también puede conducir a crear formas estereotipadas de representación con el fin de construir identidades idílicas o crear realidades no éticas o falsas.
La educación visual de la ciudadanía es clave para construir usos éticos, creativos y culturales de las imágenes, más si la dirigimos a las personas más vulnerables, infancia y adolescencia. Solo así la fotografía puede ser fuente de patrimonio cultural, entendido como lo señala la UNESCO:
El patrimonio cultural de un pueblo comprende las obras de sus artistas, arquitectos, músicos, escritores y sabios, así́ como las creaciones anónimas, surgidas del alma popular, y el conjunto de valores que dan sentido a la vida, es decir, las obras materiales y no materiales que expresan la creatividad de ese pueblo; la lengua, los ritos, las creencias, los lugares y monumentos históricos, la literatura, las obras de arte y los archivos y bibliotecas. (UNESCO, 1982: 3)
Cristina Garcia Rodero. Cruz de mayo. Berrocal, Huelva. 1998
Así la fotografía puede constituirse como memoria visual de los pueblos, herramienta que define cómo es un grupo, una institución, o una época; tesoro para comprender las historias de las familias y las culturas.
En este sentido os muestro dos de los proyectos generados durante el confinamiento mundial por Covid-19:
1. CovidPhotoDiaries es un proyecto impulsado por 8 fotoperiodistas españoles que documenta, en diferentes partes del país y a diario, el estado de alarma decretado a causa de la pandemia del Covid-19. ¿Cómo es la vida en confinamiento? ¿Cuál es la nueva cotidianidad? Lo descubrimos a través de las fotógrafas Anna Surinyach, Isabel Permuy, Susana Girón y Judith Prat y de los fotógrafos José Colón, Manu Brabo, Javier Fergo y Olmo Calvo.
El proyecto en Instagram publica a diario, desde el 17 de marzo de 2020, imágenes capturadas en casa o ciudad, a modo de diario de campo.
“A la indudable relevancia de documentar el día a día de esta alerta sanitaria y sus consecuencias para la población, se une el enorme valor que este testimonio visual, plural y amplio tendrá cuando todo haya terminado. Será la memoria de lo que en estos días nos sucedió”, afirma el colectivo fotográfico. Pretende convertirse en memoria gráfica de la pandemia en España y de sus efectos sobre la vida de las personas.
Covid Latam. 9 fotógrafas y 9 fotógrafos, buscando un cambio social. Mostrando la vida diaria personal, narradores de historias personales que se vuelven globales.
Ambos proyectos resuelven, desde miradas puramente personales, intereses y experiencias globales. Fotografías individuales que forman parte de la memoria colectiva de la humanidad, realizadas con sentido y sensibilidad para denunciar, visibilizar y dar luz a aquello que la humanidad debe cuidar.
Aquí la función social de la fotografía es clara, debemos cuidar el planeta en el que vivimos y todo lo que contiene. Incorporar el valor ético es fundamental y si la llevamos a su máxima expresión podemos definirla de la siguiente manera:
La fotografía con función social es una disciplina que promueve el cambio y el desarrollo social, la cohesión social, y el fortalecimiento y la liberación de las personas. Los principios de la justicia social, los derechos humanos, la responsabilidad colectiva y el respeto a la diversidad (…) involucra a las personas y las estructuras para hacer frente a desafíos de la vida y aumentar el bienestar.
Definición basada en la definición de Trabajo Social del Comité Ejecutivo de la Federación internacional de Trabajadores Sociales y la Junta de la Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo Social.
Si usamos la fotografía en nuestra cotidianeidad, pero sabemos que es memoria, arte y patrimonio cultural posiblemente seamos más responsables de las imágenes que producimos. Solo así serán la herramienta para cambiar el mundo.
Si quieres puedes seguir leyendo El origen de la fotografía como herramienta en salud mental.