La fotografía está vinculada a conceptos como «recuperación» y «empoderamiento» de las personas con una enfermedad mental, viene de la mano de sus grandes posibilidades como actividad ocupacional y catalizadora para la construcción de narrativas personales.
Martinez Azumendi
Este artículo es la continuación de El origen de la fotografía como herramienta en la salud mental. Primera parte.
En esta segunda parte damos el salto al siglo XX. La fotografía como herramienta terapéutica fue siendo utilizada e investigada por muchos médicos y psiquiatras con diferentes técnicas y recursos individuales y grupales:
-Auto-reconocimiento y auto-imagen corporal.
-Reacción y emociones expresadas ante las imágenes.
-Discusiones.
-Fines proyectivos.
En 1973 el Dr. Robert U. Akeret publica Fotoanálisis; cómo interpretar el significado psicológico oculto de las fotografías personales y públicas. Precursor de las actuales metodologías para trabajar el álbum familiar el método de Akeret revisa las fotografías familiares de sus pacientes y les pide determinar su cronología basada en el contenido y la tecnología, descubrir quién estaba detrás de la cámara, quién guardó las fotografías, encontrar evidencias para interpretar las relaciones de las personas representadas, y luego probar estas hipótesis preguntando al propietario si eran ciertas. Un maravilloso manual para la comunicación intrafamiliar, rompiendo ideas preconcebidas y destapando verdades emocionales.
En la segunda mitad de los años 70 la fotógrafa Jo Spence situó la fotografía en un contexto educativo, de hecho se refería a si misma como fotógrafa educadora. Utilizaba la fotografía como herramienta de visibilización, de representación y de curación de procesos personales y sociales, también fue una artista clave en la fotografía anglosajona a partir de los años setenta.
Autoimagen, psicodiagnóstico y los primeros abordajes terapéuticos demuestran que la fotografía comienza a ser una accesible herramienta de curación.
A partir de la década de 1980 se publican los trabajos de David Krauss y Jerry Fryrear, Fototerapia en la salud mental, pioneros de las estrategias y recursos actuales.
Otras línea es el encuadre del Dr. Henán Kesselman o el Dr Cabau que utiliza la Autobiografía y las Fotografías a lo largo de un proceso terapéutico.
Sabemos que por lo general, en el álbum de fotos familiar, suelen estar reflejados los sucesos más relevantes de la historia de cada familia en particular, y por tanto son portadores de un gran volumen de información, significativa y significante para cada persona que compone el grupo familiar.
Es necesario puntualizar que tanto la Autobiografía como las Fotografías son Documentos Personales y como tales, son fuentes de información privilegiadas, puesto que permiten el acceso a la historia de los personajes en un contexto dado.
La consigna que imparto al solicitar el material fotográfico es la siguiente -Reúna todas las fotos que pueda y que hagan referencia a su vida. Una vez que las tenga, y en solitario, proceda a ir seleccionando aquellas que sean significativas por agradables o desagradables, y que crea que yo deba conocer. No hace falta que Ud. figure en todas. El número final, no debe superar a 15. Fíjese cuales escoge y cuales rechaza y por qué.
También solicito la filiación fotográfica individual que está constituida por los cuatro datos siguientes: El número de la foto (la primera foto será aquella en la cual el paciente era más pequeño o no había nacido aún. Por ejemplo una fotografía donde se vea la casa de los abuelos), la edad que tenía en cada una aunque él no aparezca, un título y un breve comentario de cada foto. Toda esta filiación debe ir consignada en un papel adherido a cada fotografía en particular.
Con este material entregado ya disponemos de la Tira Fotográfica Exploratoria o Primera Serie Fotográfica, que comprende la porción de espacio físico vivido por el paciente y sus ancestros, susceptible de ser encarnado fotográficamente. “
La psicóloga valenciana Fina Sanz en su libro Fotobiografía define también un trabajo de autoconocimiento y desarrollo personal partiendo del los álbumes familiares y desde el punto de partida realizar cambios.
“Se trata de un enfoque que integra de una forma original la historia de vida narrada y sentida por cada persona y las imágenes que la acompañan, extraídas de los álbumes familiares, donde se entrecruzan las miradas de los otros sobre uno mismo y nuestras propias miradas hacia nosotros y el mundo que nos rodea.
La Fotobiografía nos muestra de una manera gráfica el universo social y cultural del que procedemos, los ritos y los mitos en los que participamos. Nos aporta imágenes concretas de los valores sociales en los que vivieron nuestros antepasados, nos enseña cómo nos situábamos en el entorno familiar, los cambios que hemos ido realizando, que se manifiestan en el cuerpo, el rostro, la mirada.
La Fotobiografía es una guía para que cada uno pueda reencontrarse con su pasado, aprender a leer el lenguaje de las emociones en los cuerpos retratados y ponerle voz a los silencios y a la ausencia de imágenes en determinados periodos de la vida. “
La accesibiidad e inmediatez de las imágenes, el uso masivo como medio de expresión desde la más pronta infancia, la plasmación de la identidad y de aspectos personales en proyectos artísticos, así como soporte, expresión, visibilización e investigación personal sobre enfermedades físicas o mentales y carencias emocionales, hacen que cada vez más profesionales utilicemos la fotografía como vehículo para la mejora de la calidad de vida de las personas y de las colectividades.
Aunque existen numerosos estudios científcos a nivel internacional que avalan el uso de las Terapias Creativas y Artísticas sobre pacientes crónicos, en España este tipo de actuaciones se consideran pioneras, debido a la estructura sanitaria existente, ya que son pocos los centros psiquiátricos nacionales que las desarrollan de forma continuada y con un seguimiento temporal. El artículo de Prefasi, S., Magal, T., Garde, F., Jiménez, J.L. Uso del Arte y de la Creatividad en las Terapias Psicosociales, publicado en Arte, Individuo y Sociedad en 2011
Demuestra cómo la fotografía mejora signifcativamente la calidad de vida de los pacientes crónicos, y no sólo les motiva socialmente para comunicarse a través del ámbito artístico, sino también para utilizar la creatividad como un arma de acción social. Aquí el documento.
Una magnifica herramienta que, con más de un siglo, inicia su adolescencia incorporándose a la participación y el trabajo social, por que hoy todos llevamos encima una cámara de fotos, es momento de compartir, mostrar, documentar e investigar.
Pero no solo en encuadres como pueden ser hospitales o centros de dia, la accesibilidad permite que todos nos beneficiemos, que la fotografia sea herramienta de crecimiento en entornos infantiles y juveniles y de desarrollo personal y empoderamiento. Es momento de contarlo al mundo.
Hasta aqui esta historia apasionante que sigue en muchas ciudades, proyectos e instituciones de salud y desarrollo personal. Estaré encantada de recibir todos vuestros comentarios y aportaciones a esta entrada.
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