Colecciones para la memoria

Las imágenes pueden ser leídas y las palabras pueden ser vistas.
Álvaro de los Ángeles

Documentar es una de las labores más habituales en fotografía. Son muchos los/as profesionales cuyos motivos fotográficos son series: ventanas y puertas, flores y orquídeas, charcos y reflejos, esquinas… Motivos, casi universales, a veces científicos, que dicen mucho del momento vital que atraviesa la persona que realiza las fotografías y que suelen ser, la mayoría de las veces, investigaciones temporales.

¿Pero porqué los seres humanos nos obsesionamos en documentar en forma de serie?

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Ed Ruscha. 26 gasolineras abandonadas. 1962

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Documentar con imágenes, desde mi punto de vista, es similar a coleccionar. Actividad para personas ordenadas y cuidadosas, con una obsesión íntimamente ligada con lo que se colecciona y con un vínculo personal con el motivo escogido, vínculo que se da como respuesta nostálgica o asociativa.

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Esa fuerte motivación a dirigir la mirada al motivo que nos obsesiona, la mayoría de veces, tiene que ver con felices recuerdos de la infancia, con aquello que está desapareciendo o que no queremos perder de vista. Además, registrar y documentar está íntimamente relacionado con la necesidad humana de preservar, de guardar en la memoria y en la presencia.

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La Universidad de Stanford, investigó algunos testimonios de varios coleccionistas de arte. Muchas de las personas entrevistadas atribuían el deseo de poseer cierta obra a la nostalgia de algún recuerdo, principalmente de la infancia, que les hacía rememorar alguna etapa feliz. También a la preservación, a la responsabilidad sobre la guarda de ciertos objetos que les importaban.

Bernd y Hilla Becher. Torres de agua.

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Bernd y Hilla Becher fotografiaban series de edificios industriales en blanco y negro, con unas pautas muy definidas, velocidades lentas y sin personas. Eran obsesivos y rigurosos, como buenos coleccionistas, convirtiendo su trabajo en un trabajo casi científico, con imágenes claras y sobrias, novedosas para la fotografía contemporánea.

En su trabajo documentaron monumentos industriales fruto de la época industrial que vivieron en su infancia y que pronto serían demolidos. Edificios fríos que pasaban a ser animales muertos y disecados pero cargados de datos extra-fotográficos, que sugieren y evocan lo diferente bajo el concépto idéntico.

Este tipo de fotografía juega con los conceptos presencia-ausencia de forma simultánea; Presenta una situación que ya ha dejado de existir, relacionando el coleccionismo con la memoria y la recuperación de la historia.

De esta manera, la creación de series de imágenes da cuenta de la pertenencia a un territorio, a una forma de vida o a un pensamiento. Así, el documento, la imágen, la fotografía se convierte en Arte.

Busca, encuentra, clasifica y agrupa tu propio motivo y decide cómo lo mirarás, como investigación, como estudio o contando una historia, pero con la garantía de observar el mundo desde tu propia mirada.

Este post es una interpretación personal, inspirada por la tercera sesión del curso Entender el arte: Registros, documentos y relatos, impartida por Álvaro de los Ángeles en el IVAM.