Los límites de mis imágenes son los límites de mi mundo
Amparo Muñoz, copiado, casi literal de Ludwig Wittgenstein
Hace un tiempo leí un artículo sobre el poder del lenguaje para alcanzar el bienestar de María Fernández. Nombraba las palabras del filósofo Ludwig Wittgenstein: «los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo» y señalaba que las palabras que utilizamos tienen la capacidad de transformar nuestra realidad. Es cierto.
El lenguaje, entre otras características del ser humano, va vinculado a las emociones. Las palabras que utilizamos no solo sirven para que nos comuniquemos con los demás, también envían mensajes a nuestro cerebro y modifican la percepción de lo que nos sucede. El uso de un lenguaje positivo o negativo genera cambios hormonales que pueden debilitar nuestra salud o fortalecerla.
Esto no es nuevo, se basa en la programación neurolingüística (PNL), enfoque creado por Richard Bandler y John Grinder en California en los años 70. Afirmaban que existe una conexión entre los procesos neurológicos, el lenguaje y el comportamiento, y que podemos modificarlos para ser más felices y lograr nuestros objetivos vitales. En este sentido, la realidad es una construcción psíquica; el ser humano fabrica el mundo en el que vive a través de representaciones, modelos, mapas.., a partir de los cuales genera y guía su conducta. Estas representaciones son imágenes que determinan cómo percibimos el mundo y cómo nos comportamos en él.
Pero… si representamos el mundo en que vivimos con imágenes, pensamos en imágenes, si las palabras que utilizamos hacen referencia a aquello que imaginamos, realmente ¿no serán las imágenes las que construyen nuestra realidad? ¿Es antes la imagen o la palabra?
Un bebé reconoce a la mamá antes que la nombra. Con dibujos y fotografías iniciamos las primeras experiencias lectoras. Pensamos en imágenes, soñamos en imágenes, fabricamos nuestro futuro imaginándolo, cuando leemos imaginamos la historia y la construimos. Por tanto, las imágenes que construimos, probablemente son las que tienen el poder de edificar aquello que somos. Las imágenes son las que construyen las palabras y nuestros pensamientos.
Fotografía Dominika Dovgialo
Muchas corrientes terapéuticas utilizan técnicas fundamentadas en el lenguaje. Fomentar el lenguaje positivo mejora el estado mental de algunos pacientes. El objetivo es tomar conciencia de las palabras que se usan sobre uno mismo, o sobre el entorno. De esta manera se muestran resultados positivos en el tratamiento de enfermedades como depresión, ansiedad, o incluso algunas fobias. Y es claro, utilizar palabras «positivas» produce imágenes mentales positivas.
En este sentido, construir imágenes con responsabilidad y sentido a través de la fotografía, podrían realizar una labor similar en algunas personas. El análisis, reconocimiento y aceptación de nuestro imaginario nos permite conocernos mejor y nos plantea mejores imágenes mentales de futuro. Esto lo sabemos bien las personas que amamos la fotografía, somos plenamente conscientes de que nuestro estado anímico influye en la creación de nuestras imágenes.
Fotografía Jo Spence
Te propongo una actividad: Piensa en palabras como imposible, culpa, error y crea imágenes que las referencien. Haz lo mismo con responsabilidad, valor, aprendizaje.
Posiblemente las primeras te produzcan imágenes mentales tristes y decaídas, como imaginar un hierro oxidado. Mientras que responsabilidad, valor, aprendizaje nos colocan en otra posición mental, nos abren puertas de fuerza y alegría, como un árbol en primavera, puede que lo notes incluso físicamente, en tu cuerpo.
El lenguaje se basa en pensamientos, los pensamientos son imágenes, hay pensamientos que nos anulan y otros nos lanzan con fuerza al futuro.
Si nombro una mano, en seguida tengo la noción de lo que es una mano; pero si digo la mano cálida o mano de pianista, entonces es diferente, más precisa la imagen que me hago de ella.
A través de las palabras podemos construirnos imágenes, mentales o fotográficas, positivas y amables. Construyendo imágenes con las mismas características, nos cargaremos de fuerza, coraje, y valentía. Autorrepresentarnos a través del autorretrato, o del propio trabajo fotográfico, puede ser una herramienta fundamental en este sentido.
Fotografía Cindy Sherman
Reconocer que las imágenes que producimos son la historia de nuestros cuerpos, de nuestras vidas, aficiones, vivencias y proyectos, y que no son inofensivas porque provocan pensamientos, aquellos que pueden minimizarnos o hacernos más grandes, es clave para nuestro estar en el mundo.
Las imágenes al igual que las palabras contienen significado y sentido. Mirándolas, dándonos cuenta de cómo las usamos, y creando aquellas imágenes que necesitamos, podemos reconocernos, aceptarnos, crearnos oportunidades y futuros posibles, construirnos un mundo más amable y verdadero. Así, del mismo autor que la cita al inicio de este post, descubriremos nuestra propia autenticidad.
Revolucionario será aquel que pueda revolucionarse a sí mismo.
Ludwig Wittgenstein.
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Amparo Muñoz Morellà. (septiembre 28, 2022). "El poder de la fotografía para alcanzar el bienestar". ANDANAfoto.com. | https://andanafoto.com/el-poder-de-la-fotografia-para-alcanzar-el-bienestar/.