La fotografía para mí no es mirar, es sentir. Si no puedes sentir lo que estás mirando,
entonces nunca lograrás que los demás sientan nada cuando miren tus fotos.Don McCullin
Algunas imágenes activan nuestro sistema límbico, conectando profundamente con nuestras emociones y recuerdos.
Comprendiendo cómo nuestro cerebro procesa las imágenes, podemos utilizar esta capacidad para enriquecer nuestra vida emocional, fomentar un mayor autoconocimiento y ¿por qué no?, hacer mejores fotografías. Decía Ansel Adams “En el ojo de mi mente, visualizo un detalle. La vista y la sensación aparecerán en una impresión. Si me excita, hay una buena ocasión que hará una buena fotografía.”
Portada de La fotografía de los colores (1912) del Museo Archivo Histórico de la Sen
Ramón y Cajal ha pasado a la historia por ser el descubridor de la arquitectura del cerebro, además de ser un gran amante de la fotografía. Hoy la neurociencia nos da muchas claves sobre su funcionamiento y se reconoce con solida evidencia científica la relación entre el cerebro, la emoción y el resto de órganos. La respiración modula las áreas cerebrales involucradas en la atención, memoria y emoción; el intestino es el dueño de nuestro estado de ánimo, y el corazón se alía con el cerebro para percibir y sentir. No andaba despistado Henry Cartier-Bresson cuando dijo que “Fotografiar es colocar la cabeza, el ojo y el corazón en un mismo eje».
Todo el organismo interviene cuando nos emocionamos. Esta afirmación resuena profundamente cuando consideramos cómo el sistema límbico desempeña un papel vital en el procesamiento emocional y la formación de recuerdos.
El sistema límbico, que incluye estructuras cruciales como la amígdala, el hipocampo y el giro cingulado, utiliza imágenes para procesar emociones y memorias, influyendo en nuestra vida.
El sistema límbico, no usa palabras, procesa el mundo a través de imágenes. Con las imágenes podemos expresar, comprender y trascender, ya que tienen la capacidad de conectar con lo más profundo de nosotros mismos, teniendo un alto valor terapéutico.
A través de mis fotografía puedo hablar de manera más intrincada y profunda que a través de las palabra.
Richard Avedon
Vamos a explorar cómo estas estructuras hacen que algunas imágenes sean especialmente significativas para nuestro cerebro:
La amígdala se activa en respuesta a estímulos visuales emocionales.
Por ejemplo, ver una fotografía de un ser querido puede evocar sentimientos de alegría y amor, mientras que una imagen de un desastre natural que conocemos bien puede inducir miedo y tristeza. La respuesta emocional que sentimos al ver estas imágenes es mediada por la amígdala, que actúa como un detector de amenazas y placeres, preparando al cuerpo para reaccionar de manera adecuada.
El hipocampo es esencial para la formación y consolidación de recuerdos.
Muchas imágenes pueden ser poderosos desencadenantes de recuerdos. Ver una imagen de un lugar donde pasaste unas vacaciones inolvidables produce una cascada de recuerdos detallados sobre esa experiencia, desde la brisa marina hasta las conversaciones, besos y risas compartidas.
Y esto lo sabe muy bien la publicidad.
Las imágenes pueden establecer asociaciones fuertes entre estímulos visuales y experiencias emocionales. Una imagen de una familia feliz en un parque puede asociarse con sentimientos de felicidad y bienestar, influenciando positivamente en nuestra percepción del producto anunciado. Es así de simple. Si además se utiliza el humor o el ambiente de relax, de paz o de vacaciones, un perfume será perfecto.
Sebastião Salgado
Hay imágenes que generan sentimientos de asombro y reflexión profunda. Por ejemplo, las imágenes del fotógrafo Sebastião Salgado. Su trabajo es reconocido mundialmente por capturar la esencia de la condición humana y la majestuosidad del mundo natural. Sus fotografías en blanco y negro no solo documentan, sino que evocan una fuerte respuesta emocional. Decía el filósofo Hegel: “El arte es una forma particular bajo la cual el espíritu se manifiesta”. El arte de Salgado es un vehículo para explorar y expresar emociones que a veces son difíciles de verbalizar. Sebastião Salgado masajea nuestro sistema límbico con sus imágenes, mirándolas somos testigos de la lucha, la esperanza y la dignidad de personas de diversas culturas y contextos, nos invita a la reflexión sobre la belleza y la fragilidad de nuestro planeta.
Las películas son otro ejemplo poderoso. Hay películas conmovedoras donde la estética, las imágenes, la música, las expresiones faciales de los personajes y la fotografía crean una experiencia emocional intensa.
Deseando amar
Las imágenes de la película Deseando amar (In the Mood for Love) del director Wong Kar-wai, son un buen ejemplo, esta obra maestra del cine es conocida por su preciosa estética visual y su profunda exploración de la intimidad y la melancolía. La película utiliza la fotografía, los colores y la composición de manera magistral para transmitir emociones complejas y sutiles. Nos sumerge en el mundo interior de sus personajes, narrando el deseo no correspondido y la nostalgia. Las imágenes de los encuentros furtivos en pasillos estrechos y las miradas silenciosas llenas de anhelo crean una atmósfera que resuena profundamente, conectan directamente con nuestro sistema límbico, invitándonos a reflexionar sobre el amor, la pérdida y el paso del tiempo.
Y es que nuestro sistema límbico procesa las imágenes muchas veces dejándonos con una impresión duradera fundamental para modificar la perspectiva sobre ciertos aspectos de la vida.
Fotograma In the mood for love
Te propongo un ejercicio fotográfico para profundizar en la conexión entre imágenes y emociones en el sistema límbico:
- Selecciona entre 5 y 10 imágenes que tengan un significado emocional para ti. Pueden ser fotografías de momentos felices, lugares o personas especiales, o incluso imágenes artísticas que te conmuevan.
- Dedica unos minutos a observar cada imagen, prestando atención a las emociones que despierta y a cualquier recuerdo específico que evoque. Para cada imagen, anota lo que sientes y los recuerdos que emergen.
- Una vez realizado revisa tus anotaciones y reflexiona sobre qué patrones puedes identificar en tus respuestas emocionales. ¿Qué tienen en común? Identifica las emociones frecuentes. Por ejemplo, ¿sientes alegría, tristeza, ansiedad, ira, miedo, etc.? ¿Hay personas o lugares recurrentes que influyen en tus emociones? ¿Sientes más tranquilidad en ciertos lugares?
- Observa tu cuerpo ¿Cómo se manifiestan físicamente tus emociones? ¿Sientes tensión muscular, aceleración del corazón, sudoración, te duele alguna parte? Las emociones influyen en nuestras decisiones y comportamientos. ¿Has tomado decisiones específicas influenciado por los sentimientos asociados con estas imágenes?
Ahora, coloca tu cuerpo, estira tu espalda, relaja tus hombros y respira profundo, masajea la zona acelerada o dolorida… Acoge con cariño tus emociones.
Aprendo a ver. No sé por qué, todo penetra en mí más profundamente, y no permanece donde, hasta ahora, todo terminaba siempre.
Rainer Maria Rilke
Ya sea a través de la fotografía, el arte, o simplemente observando las imágenes que nos rodean, tenemos la oportunidad de explorar y narrar nuestra historia de manera más rica y significativa. Al hacerlo, no solo entendemos mejor quiénes somos y cómo fuimos, sino que también vislumbramos quiénes podemos llegar a ser.
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Amparo Muñoz Morellà. (junio 6, 2024). "El sistema límbico ama las imágenes". ANDANAfoto.com. | https://andanafoto.com/el-sistema-limbico-ama-las-imagenes/.