© Margaret M. de Lange
El cuento entrena tu mirada,
altera mágicamente las apariencias,
abriendo tus sentidos y corazón a la experiencia de vivir.
Erase una vez… Así me gusta acabar las clases de inspiración de proyectos creativos, elijo los cuentos que pueden enriquecer los contenidos teóricos y los leo en voz alta, entonada y pausada, porque desde que el ser humano desarrolló el lenguaje, el cuento ha servido como herramienta para enseñar a entender el mundo.
Y es que los cuentos utilizan el lenguaje de los símbolos, que es el lenguaje del arte, del inconsciente y la creatividad. Los buenos cuentos son útiles y hermosos y nunca se explican, porque hablan directamente al corazón, son un legado espiritual que pone en marcha un profundo crecimiento interior.
Los cuentos son frutas de colores
que se introducen en tu organismo como alimento,
la tarea de encontrar lo profundo de cada relato
es de cada uno.
La canción de los hombres
Escrito por Tolba Phanem, poeta africana
Cuando una mujer, en algunas tribus de África, sabe que está embarazada, va al bosque con algunas amigas y juntas oran y meditan, hasta que pueden oír la canción del niño concebido.
Saben que cada alma tiene sus propias vibraciones y éstas expresan el sabor y la finalidad del nuevo niño. Cuando las mujeres sintonizan la melodía de la canción la cantan y la cantan. Después, vuelven a la tribu y se la enseñan a todos sus miembros.
Cuando el niño nace, la comunidad se reúne y le canta su canción. Más tarde, cuando el niño comienza su educación, el pueblo se reúne y canta la canción del niño. Cuando pasa los ritos de iniciación a la vida adulta y cuando contrae matrimonio, la persona escucha su canción.
Finalmente, cuando el alma va a dejar este mundo, la familia y el pueblo se reúnen por última vez alrededor de su cama, y le cantan su canción.
En esta tribu africana hay otra ocasión en la que todos cantan al niño. Si a lo largo de su vida esta persona comete un crimen o un acto antisocial, el individuo es llamado al centro del pueblo, y todos formando un gran círculo, le cantan su canción.
La tribu reconoce que la corrección por la conducta antisocial no tiene que ser un castigo sino un acto de amor y el recordatorio de su identidad. Cuando uno reconoce su propia canción, no tiene deseo ni necesidad de hacer nada que perjudique a los otros.
El amigo conoce tu canción y te la canta cuando la has olvidado.
Las personas que te aman no se dejan engañar por tus errores, te recuerdan tu belleza cuando te sientes feo; tu inocencia cuando te sientes culpable y tu finalidad cuando te sientes confundido.
La vida tiene que recordarnos siempre cuando estamos en sintonía con nuestra canción original y cuando no lo estamos.
Sigue aprendiendo.
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Amparo Muñoz Morellà. (agosto 15, 2015). "Cuentos que inspiran. La canción de los hombres". ANDANAfoto.com. | https://andanafoto.com/32-cuentos-que-inspiran-la-cancion-de-los-hombres/.