Tenía la certeza de que me miraba,
sin que estuviese seguro de que me viese:
distorsión inconcebible: ¿Cómo mirar sin ver?
Roland Barthes
¿Has hecho alguna fotografía sin mirar por el visor de la cámara? ¿Lo has intentado en tu ciudad?
La fotografía urbana puede reflejar escenas muy enriquecedoras, divertidas, retratos geniales, instantes únicos que probablemente nunca más ocurran. Pero ¿qué pasaría si se hicieran sin mirar por el visor dejando paso a lo que suceda? Este ha sido mi ejercicio.
El pasado mes de febrero durante el taller de fotografía callejera, se planteó al grupo qué ocurriría si esta experiencia la realizáramos sin mirar a través de la cámara. Así que en unos pocos días volví a Valencia con la idea de pasear y observar la ciudad, pero no con la cámara delante de mis ojos, sino con la cámara a la altura de la cintura o en su defecto en la mano.
La experiencia fue enriquecedora y sorprendente, pero al visionar las imágenes me encontré con resultados muy dispares.
Para iniciar el ejercicio tuve que pensar un poco en la técnica para olvidarme de ella, ya que no iba a mirar por el visor y no podía ajustar los parámetros para cada fotografía.
Decidí configurar la cámara a f4, con modo de prioridad a la apertura, de esta manera, la cámara calcularía el tiempo necesario para lo que ella intrepreta como una correcta exposición. El valor ISO, a 400, si había una zona un poco más oscura, alargaría el tiempo y podría obtener sensación de movimiento en la imagen.
También seleccioné la escena en monocromo directamente en la cámara. Esta era una opción personal. Al disparar en RAW+JPG simpre se puede recuperar el color en caso de interés.
Una vez con la cámara preparada, inicié mi camino por la ciudad de Valencia, observando en el tráfico, en la gente, en la forma de moverse por la ciudad. Me interesaban las zonas más concurridas, las calles más transitadas donde poder encontrar aquello que me hiciera sentir la fotografía.
Finalizado el paseo tenía ganas de volver a casa, revisar las fotografías y ver el resultado obtenido. Fue una gran sorpresa, fotografías divertidas, dinámicas, abiertas, pero sobretodo con la emoción del juego y de captar una mirada que no ve.
Espero que os guste el resultado y os animo a ponerlo en práctica. Si lo haces me lo cuentas en Facebook
Sigue aprendiendo.