Según el Atlas de Salud Mental 2024 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de mil millones de personas en todo el mundo padecen actualmente algún trastorno de salud mental, siendo la ansiedad y la depresión los más frecuentes.
Este incremento, vinculado a factores sociales, económicos y tecnológicos, ha impulsado la búsqueda de herramientas complementarias y accesibles que favorezcan el bienestar emocional y la autorregulación psicológica.
En este contexto, la fotografía emerge como una práctica innovadora que combina creatividad, atención plena y autoconocimiento. Su uso está siendo explorado tanto en entornos clínicos como educativos y comunitarios, demostrando potencial para reducir síntomas de ansiedad y depresión, mejorar la autoestima y fomentar la conexión emocional.
En esta entrevista realizada por Arturo Arias para la Universidad de Estocolmo, la psicóloga Amparo Muñoz Morellà analiza los fundamentos científicos y psicológicos del uso de la fotografía como herramienta terapéutica. A partir de su experiencia en el proyecto ANDANA, y de investigaciones recientes, se abordan las bases teóricas, los mecanismos de acción, los beneficios y también los límites de esta práctica que cada vez gana más atención en el ámbito de la salud mental.
Cuál es tu experiencia y/o preparación enfocada en la fototerapia y la fotografía terapéutica?
Mi trayectoria profesional se ha desarrollado en la intersección entre la psicología, la educación, la intervención social y la expresión visual. Durante más de veinte años he trabajado, y sigo haciéndolo, como psicóloga de servicios sociales en el Ayuntamiento de Catarroja (Valencia, España), en contextos comunitarios, desarrollando programas de acompañamiento a personas en situación de vulnerabilidad y facilitando espacios de expresión.
En los últimos años, mi investigación se ha centrado específicamente en el uso de la fotografía como herramienta de desarrollo personal y salud. Esta línea nace de la necesidad de ofrecer caminos alternativos de autoconocimiento y cuidado psicológico, especialmente para personas que encuentran difícil la expresión verbal o que necesitan otras formas de conectar con su mundo interno, con una herramienta fácil y accesible como es la fotografía.
Mi formación en el ámbito de la imagen inició de forma autodidacta, fruto de una pasión temprana por la fotografía y el arte. Soy licenciada en Psicología por la Universidad de Valencia y he completado el Máster Universitario en Psicoterapia: Terapias de Tercera Generación (UNIR), donde profundicé en enfoques expresivos. Además, he cursado el Programa Universitario Avanzado en Mindfulness, que me permitió explorar el entrenamiento atencional como herramienta de regulación emocional. A lo largo de los años, he complementado mi formación académica con cursos y seminarios vinculados al arte y la terapia. Sigo formándome.
Desde 2015, desarrollo junto a mi compañero Javier Sancho Boils el proyecto ANDANA, una propuesta formativa y divulgadora que utiliza la fotografía como herramienta de autoconocimiento, transformación educativa y cambio social. Este enfoque integra la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), el mindfulness visual, la formación en cultura visual y ejercicios prácticos de expresión fotográfica. El programa ha sido aplicado y validado en contextos formativos y terapéuticos, y constituye la base de mi investigación académica sobre los efectos de la fotografía en la autoestima, la flexibilidad psicológica y la conciencia plena.
El proyecto ANDANA nos ha llevado a un recorrido apasionante que combina formación, creación y divulgación. Hemos desarrollado formaciones online y presenciales en diferentes países del mundo, llegando a más de 30.000 alumnos y alumnas de perfiles muy diversos: estudiantes, profesionales de la psicología y la educación, fotógrafos, terapeutas y personas interesadas en la fotografía como herramienta de autoconocimiento y cambio social.
A lo largo de este camino hemos escrito cinco libros, cada uno de ellos orientado a explorar nuevas perspectivas sobre la relación entre imagen, la educación y desarrollo personal. Estas publicaciones no solo recogen teoría, sino también experiencias prácticas, testimonios y ejercicios que han servido de inspiración y guía para miles de personas.
El proyecto también nos ha permitido llevar nuestra voz a espacios de gran relevancia cultural y académica, con conferencias y talleres en museos, universidades y centros internacionales. Estamos felices porque tras 10 años de mucho trabajo e investigación ANDANA es hoy una comunidad global, un espacio en el que convergen la creatividad, la psicología y el arte, y que sigue creciendo con el propósito de acercar la fotografía a la vida cotidiana como una herramienta accesible y transformadora.
¿Cuál es la conexión entre la imagen, la neurociencia y la psique?
La imagen es una forma ancestral de pensamiento. Incluso antes del lenguaje verbal, el ser humano ya organizaba su experiencia a través de símbolos, gestos e imágenes mentales.
Desde la neurociencia, sabemos que el cerebro humano procesa las imágenes de forma más rápida y profunda que las palabras. Ver una imagen significativa puede activar redes neuronales relacionadas con la memoria, la empatía, la emoción y incluso la toma de decisiones.
Cuando una persona observa una fotografía se activan regiones como la amígdala, para el procesamiento emocional, el hipocampo que gestiona la memoria y la corteza prefrontal medial que nos permite la reflexión. Por eso, mirar una imagen no es un acto pasivo: puede ser una puerta directa hacia nuestras emociones, una oportunidad para reinterpretar lo vivido o para observar patrones de pensamiento o reacciones emocionales, colaborando en nuestro autoconocimiento.
Además, la expresión fotográfica involucra la activación del pensamiento introspectivo y la imaginación. Esto la convierte en una herramienta poderosa para el trabajo terapéutico, especialmente cuando se utiliza en combinación con procesos de escritura y reflexión.
Lo poético es que la fotografía, como su nombre griego indica es escribir con luz y podemos considerarla en verdad una forma de escritura visual, que permite narrar sin palabras y, a veces, ir más allá de lo que el lenguaje puede decir.
¿Se puede utilizar la fotografía como herramienta terapéutica para abordar el aumento de problemas de salud mental como la ansiedad y la depresión? ¿Se ha realizado algún trabajo o investigación al respecto?
Sí, la fotografía terapéutica está demostrando ser una herramienta eficaz para abordar el sufrimiento emocional asociado a trastornos como la ansiedad y la depresión, siempre como herramienta integrada en enfoques psicoterapéuticos.
En los últimos años, varios estudios y proyectos han validado esta práctica, te adjunto algunos pero hay muchísimos más, los tengo recientes por mi propia investigación:
- Photovoice, metodología desarrollada por Caroline Wang y Mary Ann Burris, ha demostrado su eficacia para aumentar la autoestima, el empoderamiento y la salud emocional en comunidades vulnerables. Fuente: Wang, C., & Burris, M. A. (1997). Photovoice: Concept, methodology, and use for participatory needs assessment. Health education & behavior.
- The Therapeutic Use of Photography in Clinical Social Work — DeCoster & Dickerson (2014) En trabajo social clínico, la fotografía se usa como apoyo terapéutico para explorar emociones y reconstruir la narrativa personal, especialmente en procesos de trauma o depresión.
- Using daily digital photography as a form of self care — Dyer (2023) Tomar fotografías diarias con intención consciente actúa como una práctica de autocuidado y mindfulness visual, reduciendo el estrés y mejorando el bienestar emocional.
- Therapeutic benefits and limitations of participatory photography for adults with mental health problems — Buchan (2020) La fotografía participativa con adultos con problemas de salud mental mejora la autoestima y la cohesión grupal, aunque requiere supervisión profesional por la intensidad emocional que puede generar.
- A photograph as a therapeutic experience — Halkola (2009) Analiza la fotografía como una experiencia terapéutica de autoconocimiento. Mirar y reinterpretar las propias imágenes favorece la integración emocional y la autocompasión.
En 2025 en ANDANA hemos realizado un estudio de intervención, en colaboración con la Universidad de la Rioja, basado en la formación “Fotografía para conocerte”, observando mejoras en los niveles de flexibilidad psicológica (medida con el cuestionario AAQ-II), conciencia plena (FFMQ) y autoestima (Rosenberg Self-Esteem Scale), tras un proceso de ocho semanas.
En un momento en el que, según la OMS, más de mil millones de personas en el mundo padecen trastornos de salud mental, necesitamos obtener evidencia científica sobre enfoques creativos, accesibles y no invasivos para complementar la terapia tradicional. La fotografía puede ofrecer justamente eso: un canal de expresión y regulación emocional, accesible, no verbal y transformador.
¿Cuál es la diferencia entre la fotografía como arte, la fototerapia y la fotografía terapéutica?
Aunque comparten el mismo medio (la imagen), son prácticas con objetivos, contextos y metodologías muy distintos:
- Fotografía artística: su finalidad es estética, comunicativa o conceptual. El foco está en la obra y su impacto visual o cultural. Puede ser terapéutica para quien la crea, pero no necesariamente lo es.
- Fototerapia: se refiere a un conjunto de técnicas empleadas por profesionales de la psicología, que utilizan imágenes (propias o ajenas) como parte de la terapia. Se trabaja con álbumes familiares, fotografías de la infancia, autorretratos, imágenes simbólicas… siempre dentro de un proceso clínico.
- Fotografía terapéutica: es una práctica guiada pero no necesariamente clínica. Puede desarrollarse en contextos educativos, comunitarios, sociales o de crecimiento personal. Su objetivo es el bienestar emocional, el autoconocimiento y la transformación simbólica.
Ambas, la fototerapia y la fotografía terapéutica se confunden por sus características, yo no le doy mucha importancia a la nomenclatura, suelo hablar de la fotografía como herramienta, en ambos casos lo más importante es que la fotografía es accesible para cualquier persona, con cualquier capacidad, para personas sin experiencia artística ni necesidad de diagnóstico psicológico.
¿Cuáles son los elementos fundamentales de la fotografía terapéutica?
Hay algunos factores que son fundamentales cuando utilizamos la imagen, estos elementos tienen su fundamento en el mindfulness, la psicología Gestalt, la terapia de aceptación y compromiso y el psicoanálisis. Los enumero:
- Intención consciente: no se trata de hacer fotos bonitas o bien compuestas, sino significativas y con la intención de responder preguntas.
- Proceso creativo que no juzga: no hay errores, ni mejores ni peores imágenes. Lo terapéutico está en la libertad, en la posibilidad de mostrarse y explorar sin miedo
- Reflexión posterior: el poder de la fotografía continúa con lo que ocurre después: mirar, interpretar, narrar, compartir, resignificar.
- Acompañamiento o marco seguro: ya sea individual o grupal, la fotografía puede abrir puertas sensibles, por eso debe ofrecerse dentro de un marco ético y cuidado. Siempre debe trabajarse desde la alegría.
- Interpretación persona: Cuando miramos una imagen lo hacemos con todo lo que somos, con nuestras experiencias, deseos e ilusiones, por eso la interpretación es exclusivamente personal, si yo interpreto tu imagen, estoy interpretándome a mí misma.
- Cuerpo y emoción: en ocasiones se incorpora la dimensión corporal. A menudo se trabaja con imágenes que evocan sensaciones físicas, recuerdos o reacciones somáticas o pueden ser estas sensaciones el motivo de las imágenes.
- Arte contemporáneo y otras artes. A lo largo de la historia son muchos los y las artistas que han creado proyectos transformadores, esto son referentes que pueden utilizarse dentro de las labores previas de psicoeducación. Además, en algunos casos, la fotografía puede acompañarse de otras artes como la música o las artes escénicas para conectar con todo tipo de personas.
¿Cuáles son los principales beneficios de la fotografía terapéutica?
Las evidencias científicas ya señalan algunos beneficios relacionados con el autocuidado y la salud mental:
- Mejora la autoestimay la conexión con la propia historia.
- Permite externalizar el sufrimiento, observándolo desde otro lugar.
- Facilita la regulación emocionala través de la atención plena.
- Fortalece la flexibilidad cognitiva, especialmente útil en depresión y ansiedad.
- Genera sentido de pertenenciaen procesos grupales.
- Estimula la creatividadcomo forma de reparación emocional.
Además, muchas personas encuentran en la fotografía un canal para reencontrarse con aspectos olvidados de sí mismas, especialmente en etapas vitales de cambio, duelo, trauma o reconstrucción personal.
¿Cómo puede la fotografía terapéutica ser utilizada por personas que no son artistas o no se dedican a la fotografía profesionalmente?
Esa es una de sus mayores virtudes. Cualquier persona puede utilizar la fotografía como vía de expresión y cuidado. La fotografía es inmediata y accesible. No se trata de dominar la técnica, sino de expresar intencionadamente con la imagen y explorar su resonancia interna.
Por ejemplo, en mis talleres suelo proponer ejercicios como:
- Fotografiar un lugar que represente tu presencia en casa.
- Hacer una serie de autorretratos como itinerario corporal .
- Fotografiar el cielo a lo largo del día como metáfora de las pausas y el tiempo.
- Documentar el día desde los cinco sentidos.
Este tipo de prácticas no requiere conocimientos previos, pero sí una intención a conocerse, a experimentar, a mirar con atención, sin juzgar, y a reflexionar sobre lo que se ha fotografiado.
Añado algunos ejemplos de los trabajos realizados por personas que no son profesionales:
La galería de FOTOGRAFÍA PARA CONOCERTE
¿Se puede realizar fotografía terapéutica utilizando la tecnología moderna de los teléfonos inteligentes?
Sin duda, sí. Los smartphones han democratizado el acceso a esta práctica, ya que nos permiten llevar una cámara siempre con nosotros. De este modo, podemos capturar momentos cotidianos y espontáneos, transformando esas imágenes en un diario visual que refleja nuestras vivencias, pero también nuestro mundo interno.
Lo verdaderamente importante no es el dispositivo, sino la intención con la que miramos y el uso que damos a las imágenes. Muchos procesos de fotografía terapéutica se realizan íntegramente con teléfonos móviles, y en ellos se pueden incorporar recursos como:
- Aplicaciones de edición, que facilitan manipular la imagen y explorar nuevos significados.
- Escritos y reflexiones personales, que acompañan a las fotografías y potencian su valor expresivo.
- Collages y montajes, que permiten crear y experimentar nuevas narrativa.
- El álbum familiar, que se convierte en un puente para revisitar recuerdos, reconstruir relatos vitales y generar un espacio de encuentro, calma y reconciliación con uno mismo y con los demás.
La fotografía con móviles no es solo accesible, sino también cercana y versátil: se adapta a diferentes contextos y personas, convirtiéndose en una herramienta poderosa para el autoconocimiento, la expresión emocional y la transformación personal.
¿Tiene algún mensaje clave o sugerencia para las personas que sufren de ansiedad y depresión sobre explorar la fotografía como herramienta terapéutica para estos trastornos?
Sí, claro. El mensaje podría ser el siguiente:
“La fotografía puede convertirse en un refugio y en una herramienta de autocuidado. No se trata de obtener imágenes “bonitas”, sino de permitirte mirar tu entorno y a ti mismo/a con otros ojos, a tu propio ritmo. Cuando atravesamos ansiedad o depresión, la cámara —incluso la de un móvil— puede ser una aliada que nos invita a detenernos, respirar y mirar, solo eso.
Cuando la mente se adelanta al futuro (ansiedad) o se queda atrapada en el pasado (depresión), la cámara ayuda a volver al “aquí y ahora”. Al presente, a la respiración, al momento.
Algunos ejercicios sencillos pueden ser:
- Mirar atentamente, como si fuera la primera vez el reflejo de una ventana, una cortina, el paso de la luz. Este ejercicio de atención plena puede ayudarte a conectar con la calma. Puedes inspirarte con el trabajo de Uta Barth y su ensimismación doméstica.
- Pasea alrededor de tu barrio, como si fuera la primera vez, busca la belleza, aquello que crees que es hermoso y te gusta mirar. Dos tres fotos son suficientes.
- Haz de la cámara un diario emocional: en lugar de escribir, toma una foto que represente cómo te sientes hoy. No importa si es una imagen abstracta o simbólica, lo importante es que sea significativa para ti.
No te exijas resultados estéticos: la fotografía terapéutica no busca perfección técnica, sino autenticidad y autoconexión. Puedes mostrar el trabajo a tu terapeuta o encontrar una libreta bonita donde pegar tus imágenes generando un álbum propio y sincero, con palabras y escritos que te acompañen. Recuerda que estos trabajos son complementarios a tu tratamiento médico y psicológico.”
Epílogo
La evidencia existente y los datos actuales de la OMS muestran que los desafíos en salud mental son grandes y crecientes, tanto en prevalencia como en impacto socioeconómico. Pero también muestran la urgencia de explorar y validar enfoques complementarios como la fotografía terapéutica.
Aunque los resultados son alentadores, la fotografía terapéutica no reemplaza la terapia profesional ni los tratamientos clínicos. Debe aplicarse con un marco ético y acompañamiento adecuado, ya que el proceso creativo puede activar emociones intensas o recuerdos traumáticos.
El rol del profesional, es garantizar un espacio seguro, respetuoso y no juzgador. Además, se requiere sensibilidad ante la confidencialidad, la exposición pública de imágenes y el consentimiento informado en trabajos grupales o comunitarios.
La fotografía, pero puede funcionar como una herramienta de apoyo: para expresar lo que cuesta poner en palabras, para fomentar la autoexploración, para conectar con otros, para generar sentido y bienestar. Cuando se integra responsablemente —con apoyo psicológico, con reflexión, y con un enfoque profesional— puede aportar beneficios reales frente a estados de ansiedad o depresión.
Desde ANDANA, nuestra invitación es considerar la fotografía no solo como arte o técnica, sino como licencia creativa para sanar, reflexionar y acompañar.
Que este artículo sirva como punto de partida para quienes quieran explorar este camino, ya sea como terapeutas o personas que buscan un modo personal de aliviar su carga emocional.