Entre las muchas maneras de combatir la nada,
una de las mejores es sacar fotografías,
actividad que debería enseñarse tempranamente a los niños,
pues exige disciplina, educación estética, buen ojo y dedos seguros.
Las babas del diablo, Julio Cortázar
La fotografía como cualquier forma de expresión artística, puede, y debe, enseñarse desde la más pronta infancia. Desde muy pequeños, a los niños les inquieta y tienen curiosidad por el mundo que les rodea, descubren, admiran, se sorprenden y sobre todo juegan. La fotografía les ayudará a crecer.
Hacer fotos puede ser el maravilloso juego que permitirá a los niños más pequeños fijarse en su entorno y conocer de forma activa el mundo en el que viven: hojas en el suelo, agujeros en los árboles, coches rojos, las puertas de los negocios, el tobogán del parque, van a ser sus primeras fotografías. Observar y encontrar todo aquello que les gusta permitirá que centren la atención. De esta manera, al igual que los adultos, descubrirán cosas que antes no habían visto, expresarán el amor a la naturaleza, el conocimiento de uno mismo y del otro.
Con los más mayores la fotografía será una fuente de descubrimiento y autoconocimiento, de creación de círculos y vínculos con el propio grupo y con la familia.
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¿Cómo empezamos?
1. Proporciónale una cámara. Dependiendo de la edad, podemos optar desde una cámara automática hasta una cámara réflex. A ser posible modelos pequeños para que la puedan llevar sin que suponga un gran peso adicional.
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2. Enséñale cómo usarla. Cogerla bien, moverse para encontrar el mejor encuadre, buscar perspectivas diferentes… pero sobretodo, enséñale a esperar “el momento preciso”, en el que el perro corre, su hermano salta o pasa el tren…
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3. Se tú el ejemplo. Aunque la generación actual está inmersa en la cultura de la imagen es importante que te vean hacer fotos, que se las enseñes y disfrutes compartiéndolas con ellos.
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4. Deja que corra y pasee por los alrededores, sin sentirse vigilado. Puedes plantearle algunos retos y juegos: busca algo de color azul, una letra, un animal, un reflejo…
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5. NUNCA corrijas, sugiere. Lo importante es la experiencia y el juego.
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6. Comenta las fotos, ayúdale a crear y contar historias con ellas. Felicítale para que se sienta orgulloso. La opinión de madre y padre es fundamental para desarrollar la seguridad en uno mismo.
7. Imprime sus imágenes. Pueden ser felicitaciones de cumpleaños o navidad, una foto en la nevera, un regalo a un amiga o familiar.
8. Si tienes oportunidad, deja que participe en un taller de fotografía para niños y niñas de su edad. Aprenderá, descubrirá nuevas formas de ver el mundo y tendrá amigos con los mismos intereses.
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Comparte la fotografía con tu hijo/a, déjale espacio e intimidad para explorar y descubrir, anímale a seguir aprendiendo y respeta su mirada. Fomentarás su autonomía, cometerá errores para aprender, pero sobretodo, se divertirá y desarrollará su entusiasmo por la fotografía y por la vida.
…hay como el deber de estar
de no perder ese brusco y delicioso rebote de un rayo de sol en una vieja piedra,
o las trenzas al aire de una chiquilla que vuelve con un pan o una botella de leche.
Algunas de las fotografías de este post fueron realizadas durante el taller para niños y niñas en Marzo de 2016, puedes ver más fotos aquí.
Descubre nuestro taller infantil y juvenil: Fotografía creativa para los que empiezan.
También puedes aprender a Impartir tu propio taller de fotografía infantil y juvenil. Curso online o conocer el libro «Fotografía para crecer. Guía práctica para enseñar fotografía en la infancia y adolescencia» de Amparo Muñoz Morellà.
Sigue aprendiendo, imparte un taller de fotografía infantil y juvenil.